La visión del fotógrafo contemporáneo se
refleja patente en una nueva forma de mirar las cosas, siendo el derrotero a
seguir la experimentación vivencial a través del reportaje, el registro y el
ensayo fotográfico.
Pertenecientes ya al cambio de siglo, los
caminos que este nuevo fotógrafo recorre se han acortado gracias a la rapidez
de los medios de comunicación y la pronta tecnología de la era digital.
Sin embargo, esta vorágine moderna no ha
consumido el interés y la curiosidad de este fotógrafo por recorrer los
senderos que serpentean rumbo a, y en torno a, los miles de poblados que se
encuentran en la zona del sur andino peruano.
El fotógrafo contemporáneo no se aleja del
encuentro vital del hombre andino con la tierra, a la que agreste arranca los
frutos de sus entrañas, ni tampoco a los rituales que celebra en ella. El
fotógrafo contemporáneo ha dejado de ser el personaje que monta guardia al lado
de la cámara de galería en el estudio fotográfico, para tomar esta como su
instrumento y portarla en medio del evento doméstico, social y ritual.
El fotógrafo de esta nueva escuela cusqueña
de fotografía deja de ser tan sólo el anónimo observador de sucesos, para ser
testigo e intérprete de la historia que transcurre con él.
Luis H. Figueroa Lozano-Álvarez