domingo, 13 de septiembre de 2009

Corriendo a Chumbivilcas

Esta vez viajamos por la zona sur de Cusco, 12 horas de trayecto por carretera rumbo a Yauri (provincia de Espinar) para transbordar una vez allí y dirigirnos a Santo Tomás (provincia de Chumbivilcas). El máster y yo contábamos con la compañía de dos gratas visitas, Raquel Suñé -filóloga- que llega a estas tierras por segunda vez luego de tres años de su primera estadía como voluntaria en escuelas rurales y Noemí Herrero, bióloga de profesión y optimista de corazón.

El motivo de la visita a la sureña provincia de Chumbivilcas fue la festividad de la Virgen de la Natividad -8 de septiembre-, y ver las ya legendarias corridas de toros de la zona; las cuales distaban mucho de las imágenes que había yo visto en el taller de la Fototeca del Sur Andino: el coso era de cemento y ya no de adobe y piedras, los toros ya no tienen cachos y en fin, todas las peculiaridades que poseen las festividades serranas se ven prontas a desaparecer por mutación y cese de comunicación de tradiciones orales.

Partimos de Cusco a las 15:30 horas y llegamos a Yauri alrededor de las 21:00 horas, el transbordo se realizó prontamente en el terminal y partiendo alrededor de las 21:30, arribamos finalmente a Santo Tomás cerca de las 04:30... Ninguno de los hostales de "atención las 24 horas" abría sus puertas, finalmente dos atendieron para decir que no había habitaciones disponibles. Finalmente un hombre que llevaba un triciclo nos condujo al hospedaje "El Rey" donde pudimos guarecernos hasta las 11:00. Luego nos condujeron al hostal "El Rey II" con mejor infraestructura pero pésimo aislamiento acústico. Afuera en la avenida, un matrimonio comenzaba el festejo...

Visitamos la procesión de la Virgen de la Natividad, la cual junto a otras dos imágenes de la virgen pasearon por las calles de Santo Tomás con la efigie del patrón del pueblo. Las estatuas llevadas en andas eran diminutas, siendo la Natividad de unas dos cuartas de alto, y la más pequeña de una cuarta apenas; Santo Tomás era de cuatro cuartas de alto.

El templo de Santo Tomás está hecho de sillar, gran parte de él está restaurado pero el tiempo todavía sigue mellando los bloques de piedra blanca por lo que requiere pronta intervención por parte de las autoridades competentes.

Al segundo día, no hubo corrida (que nos anunciaron que sí iba a haber), pero pudimos ver el chiqchi-parascha, la entrada de comparsas que bailaban al ritmo de las bandas típicas de tambores, flautas y waqa-waqras; la lluvia y el granizo amenizaban el ritual cuando llegó una docena de jinetes que haciendo cabriolas daba vueltas a la plaza para finalmente tomar posesión de una de las esquinas de la explanada.

Visitamos la feria de juegos donde un enorme tobogán inflable era la mayor atracción, luego los carruseles de alta velocidad impulsados por niños que se llamaban "Motor" y "Freno". y también un juego de apuestas conducido por una niña de apenas 8 años. Los locales de teléfonos celulares Claro están diseminados por todo el pueblo, el aislamiento físico de esta población se ve apaciguada por la cercanía virtual de sus telecomunicaciones, aunque la banda de internet sigue siendo muy lenta.

Pasamos después por una tienda de sombreros de la señora Hilaria en la calle Siglo XX, pero si uno realmente quiere poner a punto el suyo no debe olvidar los lacillos o "liwichata" de los cuales penden bolitas hechas de cuero que venden en la calle contigua y un adorno como los gallitos de plata de Velille.

Tuvimos la oportunidad de conocer la revista "El Tomino" (Adalid de la historia, cultura e imagen de la bravía tierra). La cual en su número 3 del año III correspondiente al mes de junio 2009, contiene información básica sobre algunas tradiciones de este distrito, como la fabricación del Waqa-waqra, instrumento de viento construido con hasta 12 astas de toros. Sin embargo en la sección "La cacería en Chumbivilcas" nos llamaron la atención los siguientes párrafos:

9. KUNTUR TOQLLA.- "Asecho (sic) o caza de cóndor". Por las alturas chumbivilcanas Waraqo, Chilliwani, Pikutani, Cuatro Esquinas, etc. Era frecuente en los años 70 observar la cantidad de cóndores que planean muy próximo de los pobladores en busca de alimentos. Cuenta la expresión popular que "... un campesino de Chillihuani roció insecticidas a su caballo muerto, los cóndores acudieron a la carroña, que luego de consumir murieron muchos de ellos... los cóndores que se capturaban eran llevados a las corridas de Apúrimac, de donde nunca regresaban o no se sabía lo que ocurría..." (Pág 24).

Pobres bichos...

La corrida finalmente se llevó a cabo el 10 de septiembre, a las 13:00 horas. El coso estaba casi a tope, el pueblo concurría a ver a los ilustres toreros (no matadores porque las corridas serranas son "pukllay" o juego, muchas veces sin embargo no pasa de ser hostigamiento del pobre animal). Si bien es cierto que los toros que salen a los ruedos no pasan de ser ganado flacucho y pequeño suele muchas veces ser bravío y logra pegar buenos topetazos a los más distraídos jugadores. Las cuadrillas de capeadores suelen rodear a los animales que a veces llegan a confundirlos, la mayor parte de las veces los toros sólo quieren salir de la arena.

Finalmente a las 16:00 horas partía un autobús de regreso al Cusco por la ruta de Paruro, la cual llevaría tan sólo ocho horas de viaje. Durante el trayecto surcamos más de tres puntos que superaban los 4100 msnm y un descenso a una quebrada que nos llevó a los 2545 msnm aprox.

Dentro del anecdotario del viaje tuvimos aquél de la recarga de combustible en una tienda rural donde expenden gasolina directamente de los barriles, 20 metros más allá se encontraba un establecimiento de soldaduras eléctricas.

Cusco nos esperaba a la 01:00 con todas las luces encendidas.




La Virgen de la Natividad luego de la procesión.


Interior del templo de Santo Tomás.


Pueblo chico pero limpio. Bailando al son de la escoba.


Guitarras y requintos eléctricos.


Sombreros.


El máster se anima a llevar sombrero por primera vez en su vida.



Raquel y Noemí en incursión sombrereril.



Los cuatro jinetes del apocalipsis.


Mi marciano favorito.



Ironías del urbanismo.


Pequeña gerente de un negocio de acelerado movimiento de activos.


El Salón de la Justicia se hizo presente en Chumbivilcas.



Licuadora para niños. Al fondo a la izquierda "Freno".


"Kiss-Kass" con pista de baile y una sola mesa.


Ubicando el norte y lejos de casa.


Polleras "haute-couture".


El paso del tiempo transmuta las acciones pero preserva los radicales.



"Chiqchi-Parascha" (Granizo y lluvia). Rituales de fertilidad que van moldeando una teoría que he concebido. Luego de varias constataciones ya se las haré saber.


Noemí y Raquel en las tribunas del coso de Santo Tomás.



Cuadrilla.


Pasado de botellas, ya no copas.


Despensa de combustible.

---X---

...El festejo del matrimonio chumbivilcano duró casi tres días...