martes, 26 de octubre de 2010

Entrevista a Ayar (de Morkill) en el Arsenal del metalero

Desde el Arsenal del Metalero (blogspot)

Entrevista a Ayar de Morkill

"Jugamos un poco con algo tan milenario para nuestra historia, con algo de la cultura del metal, jugar y provocar a través de mensajes relacionados a la muerte."


Entrevista por Luis Landeo

¿Cómo se formó la banda?


Allá por el 2001, y la integramos gente de varios otros proyectos musicales, la idea era hacer una banda de Metal sin restringirnos a un estilo en particular, las influencias iban desde el death metal, hasta el heavy clásico, y por supuesto el thrash, así que la idea era amalgamar todo eso, de esa alineación orinal solo quedamos Lucho Figueroa (voz) y Ayar Salazar (guitarra)
El nombre de Morkill es un juego de palabras ( more + kill ) ¿ a que se debe este nombre?... (seguir leyendo)

domingo, 10 de octubre de 2010

MORKILL au lait (nueva versión de Instinto Asesino)




Ayar Salazar entabla contacto con Tritonious Lu a través de la red, y días después tenemos esta nueva versión de Instinto Asesino, producida en Francia.



FICHA TÉCNICA

Thomas Bauer..... Sonido

Dennise Grazi.... Final cut

Raul Huayllani ....Final Cut

Hermet Vincent.... Mountage

Antoine Ferdinand de Cinema Noir Lyon


La versión completa de la historia en el blog de Ayar Salazar, Tiempos Violentos

miércoles, 6 de octubre de 2010

NISHIYAMA en Brasilia

Una vez más el máster enrumba una nueva aventura fuera de las fronteras peruvianas...

Una treintena de imágenes formarán parte del Encuentro Latinoamericano de Estudiantes de Arquitectura en la ciudad de Brasilia.


EL MISTERIO DE LOS ANDES

A través de esta serie de imágenes recopiladas por la dinastía Nishiyama, fruto de su periplo por los Andes del sur peruano, tendremos la oportunidad de recorrer junto a esa visión particular aquel secreto guardado celosamente en las entrañas de las quebradas y los valles que circundan lo que ha sido el corazón del imperio de los Incas.

Fue precisamente su destreza y habilidad la que les permitió erigir grandes estructuras en las zonas más agrestes e inaccesibles (para los ojos del mundo moderno) como es el caso de uno de los íconos arquitectónicos más visitados en Latinoamérica, Machu Picchu centro de sabiduría y porte imperial cuyos bloques de piedra siguen dormitando a través de los siglos sin dudar un ápice de su inmensa belleza.

Tal vez haya sido esta sobrecogedora belleza tan inseparable de los centros de adoración incas lo que motivó a los conquistadores españoles a edificar sobre ellas magnificentes templos católicos, dando como resultado una criatura híbrida y mestiza de singular atractivo que son marca indeleble en la retina de todos aquellos que alguna vez hemos contemplado el Cusco.

¿Dónde ha nacido entonces esa energía motriz que inspiró a los oriundos habitantes de la sierra sur peruana a edificar singulares construcciones? La respuesta habría de hallarse en la mística de su religiosidad aún permanente de manera pacífica entre las grietas que han formado la cadena de los Andes. Desde el campo agrícola hasta aquel inmenso campo estelar que se posa sobre ellos, todo en los Andes es magia, rito y tradición.

Precisamente es el sureste peruano el que alberga uno de los últimos bastiones de resistencia pacífica y religiosidad andina, Q’oyllur Ritti –el santuario de la nieve resplandeciente- ha permanecido a lo largo de los siglos como centro de concentración de miles de peregrinos quienes asisten al más grande ritual de propiciación llevado a cabo en los Andes del Sur Peruano, siempre bajo la mirada tutelar del Apu Ausangate.

Qué es entonces sino la arquitectura inca, la colonial y a su vez el mestizaje barroco fruto de esta unión sino la magia de ese rito inmortal acunado en el mismo corazón de la tierra, y qué otro lugar idóneo para esta amalgama sino Cusco y su eterno cielo azul colmado de nubes blancas, donde la magia precisamente que da forma a las piedras va atesorada en sus habitantes, en el campo y en la ciudad, entre sus ríos y el largo bostezo de sus vientos.

Y precisamente hoy, es necesario compartir parte de aquella magia preservada del paso del tiempo a través del registro fotográfico de la Fototeca del Sur Andino que une dos generaciones de fotógrafos de la familia Nishiyama, para entender la magnitud de su significado y la fragilidad de su significante, la preservación del patrimonio arquitectónico es norma definitiva de la conservación de la memoria, y a la vez esta necesidad se convierte en urgencia al tratar del patrimonio inmaterial y mágico de sus artesanos inmerso en su danza, su fe y su ritual.

Luis H. Figueroa Lozano-Álvarez
Fotógrafo

domingo, 3 de octubre de 2010

Llaullipata - Viaje a las estrellas

Gracias a la invitación de Anita Milla pudimos visitar nuevamente el observatorio de Llaullipata, donde se ubica el Planetarium Cusco. Esta vez el pretexto fue probar un adaptador T-ring en un telescopio reflector Celestron 8SE. Junto a José Valencia, fotógrafo; pudimos observar a Venus, Mercurio, la tetera, el escorpión, el cisne y a Júpiter con sus cuatro lunas alineadas sobre el horizonte a casi 7ºC y descendiendo. La posición de observación era tan privilegiada que el quinto planeta y sus satélites eran visibles con tan sólo la ayuda de un par de binoculares astronómicos.

La gran ventaja del lugar en otras oportunidades es la ilustrada explicación que también brinda el Prof. Erwin Salazar a los visitantes del Planetarium, un domo donde proyectan las constelaciones, su relación de estas con las conocidas por los incas así como un paseo real con la ayuda de estos poderosos catalejos entre los astros de a de veras.

Ocho minutos de recorrido desde el barullo citadino son suficientes para ver más allá de nuestras narices y un buen pretexto para olvidarse de la ridícula semana pasada con súper héroes, iluminados y demás pesados que nos aturdieron hasta decir basta.

Dejando a Júpiter para la siguiente visita a través de un Meade, creo que Albireo y su existencia binaria fueron más que suficientes para alegrar la noche.



Albireo y su recorrido.


Estrella binaria.
Albireo A (naranja) con una magnitud aparente de +3,05 es 950 veces más brillante que el Sol.
Albireo B (azul) con una magnitud aparente de +5,12 es 190 veces más brillante que el astro rey.





Júpiter.


Ocho minutos de recorrido desde el barullo citadino son suficientes para ver más allá de nuestras narices y un buen pretexto para olvidarse de la ridícula semana pasada con súper héroes, iluminados y demás pesados que nos aturdieron hasta decir basta.

A bordo del Celestron 8SE.